Productos del azar...

La pregunta por el sentido de la existencia es necesaria a cada momento; la razón: no hay un sentido definido, nosotros tenemos que definirlo. Pero la ciencia se ha encargado de ayudar un poco a desmitologizar el asunto. Nos preguntamos por el origen de todo y la respuesta va más a llá de los dioses y de los libros sagrados. Se remonta millones de años hacia el pasado cuando el tiempo y el espacio se crearon. ¿Hay algún responsable? La respuesta, no. Todo fue producto de una mera casualidad en la que tras una gran explosión la materia se fue organizando y combinando hasta dar con la combinación que permitió la existencia orgánica, misma que podría tras un proceso inmenso, ser capaz de pensar sobre sí misma. Pero todos estos movimientos no tienen un plan ni un diseño ni un creador detrás. Son producto de las multiples combinaciones posibles. Y así como surgió la materia que puede preguntarse sobre sí misma y su alrededor, así tendrá qúe desaparecer algún día, sin dejar el mínimo rastro de su efímero paso por el tiempo universal.
Ya lo mencionaba Nietszche y antes que él muchos más. Después de él también. Que esta reflexión sirva para evitar esa arrogancia que el ser humano tiene al considerarse vanamente el punto cúspide de la creación.
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Sin ánimo de asustar,
Eras. (el monero)
Z (el monito)