jueves, septiembre 01, 2011

AMOR FATI


Estaba pensando sobre la posibilidad de que no hay escapatoria al destino. Que todas nuestras elecciones son en realidad una ilusión de libertad. Quizás esto ya lo dije antes, pero también siento que estamos dando vueltas en un círculo eterno y repitiendo una y otra vez la misma vida.
Entonces lo que logramos aquí es reunir dos conceptos filosóficos que mucho me han interesado. El problema del Determinismo y el de el Eterno Retorno.
Vamos por partes.
1.
Si hacemos caso a Sartre, estamos condenados a ser libres. Nuestra esencia está determinada por nuestra existencia. No hagamos caso a Sartre esta vez. Quizás me siento algo atado al destino en estos días, pero aunque creamos en esa fuerza misteriosa y nos pongamos metafísicos, no será gracias a ningún plan divino o un sentido trascendente el que tal fatum exista. No. Éste viene de una azarosa combinación de eventos y que gracias a la pura indeterminación se dio. No sabemos del origen, no sabremos del final. ¿Cuál origen? ¿Cuál final? Eso quedó perdido en el tiempo.
Esto nos lleva a nuestro segundo concepto.
2.
Recordemos a Nietzsche. Para él, quizás exista la posibilidad de que todos los acontecimientos de nuestra vida se vuelvan a repetir exactamente del mismo modo una y otra y otra vez, y así hasta la eternidad. Si nos clavamos en esta idea. Si en verdad fuera esto posible, entonces, como dice Nietzsche, debes hacer que tus actos sean de lo más auténtico posible, como para que si los tuvieras que vivir de nuevo exactamente como los hiciste, no tengas deseos de arrepentirte.
Es decir, que si uno está consciente de lo que piensa-dice-hace y es por elección propia, entonces no hay manera de querer que la vida sea de otra forma.
Ahora pensemos en la mezcla de ambos.
Según la maravillosa tesis del Eterno Retorno, cada uno de nosotros tenemos oportunidad de elegir, de decidir qué hacer en cada situación. Pero atendiendo al fondo mismo de la idea, es imposible que haya una elección real. Todo ya fue decidido previamente, desde antes y para siempre. Es decir que "Ninguna decisión que tomamos, realmente la tomamos".
Entonces estamos y determinados. Predestinados. Pero no por la voluntad de un ser supremo que estaría controlando los destinos del universo, como creía Leibniz en el siglo XVII con esa idea de la "Armonía Preestablecida". No, no hay un dios. No hay una razón ni un orden ni un sentido.
Ese es el sentido. El Amor Fati que nos expresa Nietzsche. Una vez que entendiste esta determinación dentro del Eterno Retorno, debes aprender a amar tu destino. Porque de alguna forma, las decisiones tomadas en algún lejano momento, se repiten tal como se decidieron esa primera vez.
Esta es, no obstante una aceptación no resignada de lo que sucede. Sino una aceptación afirmativa, que confronta la vida sabiendo que lo que se haga será para la eternidad, porque aunque se viva en un eterno círculo donde todo se repita, la vida es una y la misma siempre en cada caso. Irrenunciable e idéntica una y otra vez.
Este es al final el único sentido posible.
Sepan que ya que hayan leído esto una vez, lo volverán a leer en cada vuelta. Recuerden por último que es un destino que nosotros mismos nos vamos forjando.
Saludos Metafísicos
Desde el más acá,
Eras.
thalasso
thalasso Counter gold coast office lease
gold coast office lease Counter