¿Evadiendo el problema?

La vida es una constante afirmación en contra de la muerte. Se hace lo posible por no dejarse arrastrar hacia las fauces siempre hambrientas de la aniquilación. Cada esfuerzo debilita más al individuo. Digamos que poco a poco se consume a sí mismo, se mina, se disminuye... hasta que inevitablemente un día se siente más cerca del abismo del que tanto ha querido alejarse. La nausea, el mareo, son los primeros síntomas. Dolores de cabeza frecuentes, malestar anímico... constante sensación de vacío, de falta de sentido, de falta de rumbo, de angustia existencial.

¡Será posible! La sensasión es causada por aquello que se ha evadido y el enfrentamiento con la gran verdad del universo es como el tiro de gracia en el camino descendente iniciado recien nacimos...

Quién sabe si el primero de los seres humanos vivió más allá de esta experiencia de total indefensión e inhospitalidad. El trasfondo monstruoso de la existencia es la falta de trasfondo. No hay sentido, no hay finalidad, no hay origen ni final.

¿Se comprende? ¿y ahora qué?

Ahora se es más sabio, pero más infeliz. El pesimismo es el resultado de quitarle al mundo el velo de la ilusión que lo cubría. El pesimismo sólo es realismo. Se puede seguir viviendo y ser realista (sin dejar de ser pesimista) pero eso quizás te gane la incomprensión de tus semejantes. Te dirán que eres una persona amargada y que no repartas tu miseria con el mundo, pero será inevitable. Basta mirar sus simulacros de optimismo, sus ilusorias (por no decir ilusas) creencias y certezas.

Sí. Uno es menos feliz, pero al menos la verdad está de su lado. Lo que resta de vida sólo vale la pena si sirve para la autoafirmación, la realización de la existencia y la trascendencia en esta que es la única vida.

Saludos lúgubres a todos,

Eras (el monero)

Z (el monito)

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P.D. Voy a estar actualizando los jueves (mientras dure el mundo)